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Pero así como había falsos profetas entre el pueblo en ese entonces, habrá falsos maestros entre ustedes. Y sutilmente introducirán enseñanzas destructivas, incluso negando al Señor que los redimió, y trayendo rápida destrucción sobre sí mismos. Muchos seguirán sus perversiones inmorales, y por causa de ellos la gente condenará el camino de la verdad. Pues con avaricia los explotarán a ustedes con historias falsas. Sin embargo, ellos ya están condenados: su sentencia ha estado colgando de sus cuerpos hace mucho tiempo, y su destrucción no tardará. Porque Dios no perdonó ni siquiera a los ángeles cuando pecaron. Sino que los lanzó al Tártaro* “Tártaro.” A menudo traducido como “infierno,” pero esta palabra también está asociada a mitologías. Se cree que “Tártaro” se usaba para representar la palabra “Seol” del Antiguo Testamento, o el lugar de los muertos. , manteniéndolos en pozos de oscuridad, listos para el juicio. Dios tampoco perdonó al mundo antiguo, pero protegió a Noé, quien le predicó a la gente sobre el Dios justo. Él fue una de las ocho personas que se salvaron cuando Dios envió un diluvio sobre un mundo de personas malvadas.
Dios condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra a la destrucción total, quemándolas hasta las cenizas, como un ejemplo de lo que sucederá a los que llevan vidas de maldad. Pero Dios rescató a Lot, porque era un buen hombre, indignado por la abominable inmoralidad de sus vecinos. (Lot vivía entre ellos, pero hacía lo bueno y lo recto. Ese día vio y escuchó lo que ellos hicieron, y la maldad de ellos lo atormentaba).
Como pueden ver, el Señor puede rescatar de las dificultades a quienes lo respetan, y puede mantener a los malvados hasta el día del juicio, cuando complete su castigo. 10 Esto también aplica a los que siguen los deseos humanos corruptos, y que con desprecio ignoran la autoridad. Son arrogantes y orgullosos, y no temen difamar a los seres celestiales. 11 En cambio, los ángeles, aunque son más fuertes y poderosos, no se atreven a difamarlos ante el Señor.
12 Estas personas son como bestias sin razón, que nacen para ser capturadas y destruidas. Condenan cosas que no conocen, y serán destruidos como animales. 13 Recibirán su pago por el daño que han hecho. Se divierten al satisfacer sus deseos perversos a plena luz del día. Son como manchas y defectos en su comunidad. Pues ellos se complacen en sus placeres engañosos incluso cuando comparten la comida con ustedes. 14 Siempre están en búsqueda de relaciones adúlteras, y no pueden dejar de pecar. Seducen a quienes son vulnerables, y se han entrenado en la codicia; son una descendencia maldita. 15 Han abandonado el camino recto y se han descarriado, siguiendo el camino de Balaam, el hijo de Beor, a quien le gustaba recibir pago por hacer lo malo. 16 Pero se le reprendió por sus acciones malvadas, y hasta un asno mudo le habló con voz humana para detener la necedad de este profeta.
17 Las personas así son como fuentes secas, nieblas llevadas por el viento. Están destinadas para siempre a la más negra oscuridad. 18 Se jactan de sí mismos con alardes sin sentido, incitan a los deseos sexuales pervertidos, y así atraen a la inmoralidad a los que apenas acaban de escapar de una vida de error. 19 Les prometen libertad, aunque ellos mismos son esclavos de la depravación. Pues somos esclavos de todo lo que nos domina. 20 Si las personas logran escapar de la influencia malvada del mundo al conocer al Señor y Salvador Jesucristo, y luego quedan atrapadas nuevamente en el pecado y son vencidas por él, son peor de lo que eran al principio. 21 Mejor sería que nunca hubieran conocido el camino recto de la verdad, que haberlo conocido y luego apartarse de las sagradas instrucciones que se les dieron. 22 Este proverbio aplica justamente a ellos: “El perro ha vuelto a su propio vómito, y el cerdo recién bañado ha vuelto a arrastrarse en el barro.”

*2.4 “Tártaro.” A menudo traducido como “infierno,” pero esta palabra también está asociada a mitologías. Se cree que “Tártaro” se usaba para representar la palabra “Seol” del Antiguo Testamento, o el lugar de los muertos.