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1 Escucho informes de que hay inmoralidad sexual entre ustedes, un tipo de inmoralidad que ni siquiera los extranjeros practican. ¡Un hombre viviendo con la esposa de su padre!
2 ¡Y se sienten tan orgullosos de sí mismos! ¿Acaso no deberían haber llorado de tristeza ante esto y expulsar a este hombre?
3 Aunque no esté allí físicamente, estoy allí en espíritu y tal como si estuviera allí ya di mi juicio respecto a este hombre.
4 Cuando se reúnan en el nombre del Señor Jesús, estaré allí con ustedes en espíritu y con el poder de nuestro Señor Jesús.
5 Entreguen a este hombre en manos de Satanás a fin de que su naturaleza pecaminosa sea destruida y él mismo pueda ser salvo en el día del Señor
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6 No deberían estar orgullosos de esto. ¿Acaso no saben que apenas se necesita un poco de levadura para que crezca toda la masa?
† 7 Desháganse de esta vieja levadura para que puedan ser una nueva masa y hagan pan sin levadura. Cristo, nuestro Cordero de Pascua, fue crucificado.
8 Celebremos este festival
‡, no con la vieja levadura del mal y de maldad, sino con el pan hecho sin levadura, el pan de la sinceridad y la verdad.
9 En mi carta anterior les dije que no deberían juntarse con personas inmorales.
10 Y no me refería a la gente inmoral de este mundo que tiene codicia y engaña a otros, o a los que son idólatras, pues de ser así tendrían que irse de este mundo.
11 Lo que quise decir cuando les escribí es que no deben juntarse con cualquiera que se haga llamar cristiano y sea inmoral, codicioso, o idólatra; o que sea abusador, borrachón o engañador. ¡Ni siquiera se sienten a comer con alguien así!
12 No estoy en autoridad de juzgar a los que están fuera de la iglesia. Pero, ¿no deberíamos juzgar a los que están dentro de ella?
13 Dios juzga a los que están fuera de la iglesia. “Expulsen al malvado de entre ustedes.”
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