SALMO
No hay nadie como el Señor
¡Aleluya!
Alaben, siervos del SEÑOR,
alaben el nombre del SEÑOR.
Bendito sea el nombre del SEÑOR,
ahora y siempre.
Alabado sea el nombre del SEÑOR,
desde donde sale el sol hasta donde se oculta.
El SEÑOR está por encima de todas las naciones;
su gloria es más grande que los cielos.
No hay nadie como el SEÑOR nuestro Dios,
sentado en su trono en las alturas,
desde donde se inclina
a mirar los cielos y la tierra.
Levanta del polvo al pobre,
y al necesitado lo saca de la basura,
para sentarlo con gente importante,
los principales de su pueblo.
A la mujer estéril le da un hogar
y la fortuna de tener hijos.
¡Aleluya!