SALMO
El Señor acusa
Canción de Asaf.
El SEÑOR, el Dios de dioses ha hablado.
Él ha llamado, de oriente a occidente,
a todos los habitantes de la tierra.
Dios resplandece desde Sion,
el monte de perfecta hermosura.
Nuestro Dios viene
y no lo hace en silencio.
Hay un fuego destructor delante de él
y a su alrededor se escucha una fuerte tormenta.
Dios le pide al cielo y a la tierra que sean testigos
cuando venga a juzgar a su gente.
«Seguidores míos, reúnanse a mi alrededor,
ustedes que hicieron un pacto conmigo, ofreciendo un sacrificio».
Los cielos proclaman
que Dios es un juez justo.
Selah
«¡Pueblo mío, Israel, escúchame!
Yo presento mi caso contra ti.
¡Yo soy Dios, tu Dios!
No me quejo de las ofrendas
y sacrificios que me ofreces continuamente.
No te voy a pedir novillos de tu ganado
ni machos cabríos de tus corrales,
10 ya que soy el dueño de todos los animales del bosque
y del ganado que está en mil montes.
11 Yo conozco a todas las aves que habitan las montañas,
y son míos todos los animales que se mueven en el campo.
12 Si tuviera hambre, no te lo diría,
porque soy dueño del mundo y de todo lo que hay en él.
13 ¿Acaso me alimento yo de carne de toros
o bebo sangre de machos cabríos?
14 Así que haz una ofrenda de agradecimiento* ofrenda de agradecimiento Ofrenda que la gente hacía para alabar a Dios y agradecerle por algún bien que le había hecho. Una pequeña parte del animal se quemaba en el altar, y la gente se comía el resto en una cena de amistad que se realizaba en el templo. Ver Lv 7:11–26. a Dios
y cumple lo que le has prometido.
15 Llámame cuando estés angustiado,
que yo te rescataré y tú me honrarás».
16 Pero Dios le dice al perverso:
«¿Con qué derecho citas mis enseñanzas
y hablas de mi pacto,
17 si te molesta cuando te corrijo
y no prestas atención a mis palabras?
18 Haces amistad con ladrones
y te juntas con los que cometen adulterio.
19 Siempre estás diciendo mentiras,
engañando a la gente y haciendo el mal.
20 Hablas mal hasta de tus propios hermanos;
calumnias al hijo de tu misma mamá.
21 Hiciste todo eso y yo no dije nada;
entonces pensaste que yo era como tú.
Pero te voy a reprender
y te acusaré cara a cara.
22 Entiéndanlo bien,
ustedes que se olvidan de Dios,
no sea que los haga pedazos
y no haya quien los salve.
23 El que hace una ofrenda de agradecimiento me honra;
pero al que vive según mis enseñanzas le daré la salvación».