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El Día del Juicio
1 “Yo envío a Mi mensajero (ángel), y él preparará el camino delante de Mí. Y vendrá de repente a Su templo el Señor a quien ustedes buscan; el mensajero del pacto en quien ustedes se complacen, ya viene;” dice el Señor de los ejércitos.
2 “¿Pero quién podrá soportar el día de Su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuego de fundidor y como jabón de lavanderos.
3 Y El se sentará como fundidor y purificador de plata, y purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas en justicia al Señor.
4 Entonces será grata al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño y como en los años pasados.
5 Me acercaré a ustedes para el juicio, y seré un testigo veloz contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los que juran en falso y contra los que oprimen al jornalero en su salario, a la viuda y al huérfano, contra los que niegan el derecho del extranjero y los que no Me temen,” dice el Señor de los ejércitos.
6 “Porque Yo, el Señor, no cambio; por eso ustedes, oh hijos de Jacob, no han sido consumidos.
El Pago de los Diezmos
7 “Desde los días de sus padres se han apartado de Mis estatutos y no los han guardado. Vuelvan a Mí y Yo volveré a ustedes,” dice el Señor de los ejércitos. Pero dicen: ‘¿Cómo hemos de volver?’
8 “¿Robará el hombre a Dios? Pues ustedes Me están robando. Pero dicen: ‘¿En qué Te hemos robado?’ En los diezmos y en las ofrendas.
9 Con maldición están malditos, porque ustedes, la nación entera, Me están robando.
10 Traigan todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en Mi casa; y pónganme ahora a prueba en esto;” dice el Señor de los ejércitos “si no les abro las ventanas de los cielos, y derramo para ustedes bendición hasta que sobreabunde.
11 Por ustedes reprenderé al devorador, para que no les destruya los frutos del suelo, ni su vid en el campo sea estéril,” dice el Señor de los ejércitos.
12 “Y todas las naciones los llamarán a ustedes bienaventurados, porque serán una tierra de delicias,” dice el Señor de los ejércitos.
El Justo y el Injusto
13 “Las palabras de ustedes han sido duras contra Mí,” dice el Señor. Pero dicen: ‘¿Qué hemos hablado contra Ti?’
14 Ustedes han dicho: ‘En vano es servir a Dios. ¿Qué provecho hay en que guardemos Sus ordenanzas y en que andemos de duelo delante del Señor de los ejércitos?
15 Por eso ahora llamamos bienaventurados a los soberbios. No sólo prosperan los que hacen el mal, sino que también ponen a prueba a Dios y escapan sin ser castigados.’ ”
16 Entonces los que temían (reverenciaban) al Señor se hablaron unos a otros, y el Señor prestó atención y escuchó, y fue escrito delante de El un libro memorial para los que temen (reverencian) al Señor y para los que estiman Su nombre.
17 “Y ellos serán Míos,” dice el Señor de los ejércitos “el día en que Yo prepare Mi tesoro especial, y los perdonaré como un hombre perdona al hijo que le sirve.”
18 Entonces volverán a distinguir entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que no Le sirve.