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Dios habla de la naturaleza y sus criaturas
¿Conoces tú el tiempo en que paren las cabras monteses1A?
¿Has observado el parto de las ciervasB?
¿Puedes contar los meses de su gestación,
o conoces el tiempo en que han de parir?
Se encorvan, paren sus crías,
y se libran de sus dolores de parto.
Sus crías se fortalecen, crecen en campo abierto;
se van y no vuelven a ellas.
 
¿Quién dejó en libertad al asno montésA?
¿Y quién soltó las ataduras del asno veloz,
al cual di por hogar el desiertoA,
y por morada la tierra saladaB?
Se burla del tumulto de la ciudad,
no escucha los gritos del arriero.
Explora los montes buscando su pasto,
y anda tras toda hierba verde.
¿Consentirá en servirte el búfaloA,
o pasará la noche en tu pesebre?
10 ¿Puedes atar al búfalo con coyundas1 para el surco,
o rastrillará los valles en pos de ti?
11 ¿Confiarás en él por ser grande su fuerza
y le confiarás tu labor?
12 ¿Tendrás fe en él de que te devolverá tu grano1,
y de que lo recogerá de tu era?
 
13 Baten alegres las alas del avestruz,
¿acaso con el ala y plumaje del amor1?
14 Porque abandona sus huevos en la tierra,
y sobre el polvo los calienta;
15 se olvida de que algún pie los1 puede aplastar,
o una bestia salvaje los1 puede pisotear.
16 Trata a sus hijos con crueldadA, como si no fueran suyos;
aunque su trabajo sea en vano, le es indiferente1;
17 porque Dios le ha hecho olvidar la sabiduría,
y no le ha dado su porción de inteligencia.
18 Pero cuando se levanta en alto1,
se burla del caballo y de su jinete.
 
19 ¿Das tú al caballo su fuerza?
¿Revistes su cuello de crines?
20 ¿Le haces saltarA como la langosta?
Terrible es su formidable resoplidoB;
21 escarba1 en el valle, y se regocija en su fuerza;
sale al encuentro de las armasA.
22 Se burla del temor y no se acobarda,
ni retrocede ante la espada.
23 Resuena contra él la aljaba,
la lanza reluciente y la jabalina.
24 Con ímpetu y furor corre sobre1 la tierra;
y no se está quieto al sonido de la trompeta.
25 Cada vez que la trompeta suena, como que dice: “¡Ea!”,
y desde lejos olfatea la batalla,
las voces atronadoras de los capitanes y el grito de guerra.
 
26 ¿Acaso por tu sabiduría se eleva el gavilán,
extendiendo sus alas hacia el sur?
27 ¿Acaso a tu mandato1 se remonta el águila
y hace en las alturas su nidoA?
28 En la peña mora y se aloja,
sobre la cima del despeñadero1, lugar inaccesible.
29 Desde allí acecha la presa1A;
desde muy lejos sus ojos la divisan.
30 Sus polluelos chupan la sangre;
y donde hay muertos, allí está ellaA.
1 39:1 Lit., de la peña A 39:1 Deut 14:5; 1 Sam 24:2; Sal 104:18 B 39:1 Sal 29:9 A 39:5 Job 6:5; 11:12; 24:5; Sal 104:11 A 39:6 Job 24:5; Jer 2:24; Os 8:9 B 39:6 Sal 107:34; Jer 17:6 A 39:9 Núm 23:22; Deut 33:17; Sal 22:21; 29:6; 92:10; Isa 34:7 1 39:10 Lit., su cuerda 1 39:12 Lit., semilla 1 39:13 O, de una cigüeña 1 39:15 Lit., lo 1 39:15 Lit., lo A 39:16 Lam 4:3 1 39:16 Lit., no tiene temor 1 39:18 O, para huir A 39:20 Joel 2:5 B 39:20 Jer 8:16 1 39:21 Lit., escarban A 39:21 Jer 8:6 1 39:24 O, devora 1 39:27 Lit., boca A 39:27 Jer 49:16; Abd 4 1 39:28 O, de la peña 1 39:29 Lit., el alimento A 39:29 Job 9:26 A 39:30 Mat 24:28; Luc 17:37